¿Por qué
esperar?
Lo que ganamos cuando elegimos igualdad para las mujeres y las niñas



La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, aprobada por unanimidad en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, estableció una hoja de ruta universal y reafirmó el compromiso mundial con la igualdad de género como objetivo común.
Y sin embargo...
30 años de progreso, con más trabajo por hacer
A pesar de los avances, las desigualdades económicas que enfrentan las mujeres siguen estando profundamente arraigadas en las sociedades e instituciones, lo que agrava otros desafíos, como la violencia doméstica. Desde la falta de protecciones sociales adecuadas, como la licencia parental remunerada y los servicios de cuidado infantil –que dificultan que las mujeres se incorporen o permanezcan en la fuerza laboral–, hasta las tasas de impuestos más altas para los segundos ingresos –que, en su mayoría, corresponden a mujeres–, una serie de políticas siguen impactando negativamente en sus vidas.
En el PNUD, a través de nuestro Sello de Igualdad de Género para las Instituciones Públicas, un programa voluntario que abarca más de 100 instituciones públicas en más de 30 países, ayudamos a organizaciones, desde ministerios de medio ambiente hasta autoridades fiscales y financieras, a fortalecer sus reformas políticas para atender mejor las necesidades de las mujeres en toda su diversidad.


Hacer que las economías estén al servicio de las mujeres
Cerca de 3,9 mil millones de mujeres enfrentan barreras legales que amenazan su seguridad económica, mientras que, al mismo tiempo, realizan al menos dos veces y media más trabajo no remunerado que los hombres. A través de nuestra iniciativa emblemática Equanomics, en el PNUD apoyamos a los países en la expansión de los sistemas de cuidado, la reforma de políticas fiscales y la generación de datos para impulsar el cambio de políticas.
Ya sea brindando apoyo a las bomberas en Indonesia, ofreciendo formación en habilidades en Moldova o desarrollando programas de energía solar en Bolivia, nuestros donantes y socios respaldan nuestras inversiones, las cuales están liberando el poder económico de las mujeres y ayudando a construir un mundo más verde, sostenible e inclusivo para todas las personas.
Invertir en un mundo equitativo
Aunque hemos avanzado, aún queda un largo camino por recorrer. En 2023, unas 612 millones de mujeres y niñas vivían en el contexto brutal de los conflictos armados, con la violencia sexual relacionada con los mismos aumentando un 50 %. Mientras, 1 de cada 10 mujeres en el mundo vive en la pobreza extrema.
Además, una reacción global contra los derechos de las mujeres y las niñas está poniendo en riesgo los logros que tanto costaron alcanzar. Las mujeres tienen dos tercios de los derechos legales de los hombres, y las mujeres líderes y defensoras de los derechos humanos enfrentan una creciente violencia, vigilancia y acoso.
Y, a pesar de la enorme riqueza global, a las mujeres se les pide aceptar que tardarán cientos de años en alcanzar la igualdad.
Las decisiones que se están tomando hoy en día significan que se necesitarán unos 137 años para erradicar la pobreza extrema de las mujeres y 257 años para cerrar la brecha salarial entre mujeres y hombres.
Esto no solo es injusto, sino que también tiene un alto costo para la sociedad. En lugar de seguir condenando a más generaciones de mujeres y niñas a la pobreza, en el PNUD hacemos un llamado a una mayor inversión y acción para construir un mundo más justo y equitativo.

Una mujer de luto entre los escombros de edificios destruidos en Gaza, Palestina.
La clave de un mundo atrapado en crisis
Las crisis no son solo desastres; también pueden ser la oportunidad de cambio que nos impulse a repensar y transformar el futuro. El liderazgo, conocimiento y talento de las mujeres son esenciales en estos procesos y deben ser reconocidos y valorados. Sin embargo, las mujeres a menudo son excluidas de las decisiones en los esfuerzos de paz y seguridad. En el PNUD estamos trabajando en 25 países para cambiarlo, promoviendo el liderazgo femenino y la participación equitativa en la mediación, reconciliación y construcción de paz. Porque los estudios han demostrado que cuando las mujeres participan, como en Somalia, los procesos de paz tienen más probabilidades de tener éxito.
Invertir en igualdad es clave para avanzar en la lucha contra el cambio climático y para construir sociedades y economías más fuertes, resilientes e inclusivas.
En el PNUD trabajamos para derribar las barreras que impiden el progreso, protegiendo el espacio para la sociedad civil femenina, promoviendo el registro de votantes en todo el mundo y empoderando a las mujeres innovadoras en países como Malawi.




Fatuma, una de las más de 250 mujeres líderes en Somalia, es integrante de 17 redes de mujeres en todo el país. Con el apoyo de la ONU, estos grupos desempeñan un papel fundamental en la construcción de la paz en sus comunidades.

Un año decisivo
Desde Beijing+30 hasta la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, pasando por los 25 años de la Agenda de la Mujer, la Paz y la Seguridad en Asia y el Pacífico o las negociaciones climáticas en el Brasil, tenemos una oportunidad de colocar la igualdad de género en el centro de las negociaciones sobre políticas económicas, sociales y ambientales.
En el PNUD tenemos décadas de experiencia que demuestran que todo el mundo se beneficia cuando se invierte más en mujeres y niñas.
Nuestro Informe sobre Desarrollo Humano de 1995, que coincidió con la Declaración de Beijing, abrió nuevos caminos, introduciendo nuevos parámetros de medición de la desigualdad de género para mejorar la formulación de políticas.
Junto a la familia de las Naciones Unidas, apoyamos firmemente la igualdad de derechos de las mujeres y las niñas, que son fundamentales para los tres pilares de la ONU: paz y seguridad, derechos humanos y desarrollo.
El Plan de Aceleración de la Igualdad de Género de la ONU exige que los líderes actúen urgentemente en todos los países para garantizar la participación, la protección y los derechos de las mujeres de manera significativa. Aspira a seguir transformando las dinámicas de poder, las prioridades del liderazgo y las estructuras de las Naciones Unidas para que realmente se logren avances para las mujeres y las niñas.
El 30o aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing es un llamado global a la acción.
Se trata de un momento crítico para reflexionar sobre los avances y los retos, así como nuestro poder para dar forma al futuro.
Con las decisiones e inversiones adecuadas, no tenemos que esperar 137 años para erradicar la pobreza extrema de las mujeres. Ellas no tienen por qué realizar más tareas de cuidados, ganar menos ni tener menos protección jurídica. Existen las respuestas y los recursos para rechazar este panorama sombrío.
Desde la transformación de las economías hasta el empoderamiento de las voces de las mujeres, nuestro trabajo en 170 países muestra que la inversión en igualdad de género está cambiando vidas y ayudando a construir un futuro mejor para todas las personas. Más importante aún, demuestra que podemos elegir un camino diferente. Este 2025 es el año en que el mundo logre acordar colectivamente que debemos hacerlo.


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