
Al Timón
del Cambio
Navegando hacia una economía del océano sostenible

La salud del océano está intrínsecamente ligada a la salud del planeta y nuestras economías. Millones de personas en todo el mundo dependen de sus recursos para su sustento, seguridad y medios de vida.


La pesca marina genera 57 millones de empleos y, en los países menos adelantados, el pescado es la principal fuente de proteína para más de la mitad de la población.

En Fiji, donde las comunidades costeras dependen del mar, el océano es una fuente de vida: provee alimentos, ingresos e identidad cultural. Las mujeres tienen un rol clave en la pesca artsanal, recolectando recursos marinos como el pulpo, que son esenciales tanto para el sustento económico como para la alimentación local.
En algunos países, el turismo relacionado con el océano crece a un ritmo estimado de 134 mil millones de dólares de los Estados Unidos (USD) al año y sostiene a un tercio de la fuerza laboral.
Sin embargo, el océano enfrenta una situación alarmante. Hoy es un 30 % más ácido que en la época preindustrial y su temperatura ha alcanzado niveles récord.
Uno de nuestros recursos naturales más preciados se ahoga entre plásticos y sufre los estragos de la sobrepesca. Podría verse pronto al borde del colapso, y las consecuencias serían devastadoras.
¿Qué
nos aporta
el océano?
71 %
La mayor parte de la Tierra está cubierta por agua: el océano cubre el 71 % de su superficie y juega un papel clave en la regulación del clima.
CO2
Absorbe cerca del 23 % de las emisiones anuales de CO2 y más del 90 % del exceso de calor de la atmósfera.
$2,3 billones
El océano es un motor económico: aporta alrededor de USD 2,3 billones a la economía mundial y brinda alimentos a más de 3 mil millones de personas.
PIB
Si el océano fuera un país, sería la quinta economía más grande del mundo por Producto Interior Bruto (PIB).
Oxígeno
El océano produce entre el 50 % y el 60 % de todo el oxígeno, por lo que es vital para la preservación del planeta y las especies que dependen de él.
ODS 14
Aun así, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14, “Vida submarina”, es el que recibe menor financiación: menos del 1 % de los fondos para el clima se destinan a la protección del océano. Mientras tanto, la explotación sin control lo está llevando al borde del colapso.
La realidad del plástico en el océano

Contaminación marina
La contaminación marina está alcanzando niveles extremos. En 2021, el océano acumulaba más de 17 millones de toneladas métricas de plástico, y se estima que esa cantidad podría duplicarse para 2040.

Plásticos de un solo uso
Alrededor del 89 % del plástico encontrado en las profundidades del océano es de un solo uso. Y cada año, entre 5 y 12 millones de toneladas métricas de plástico terminan en sus aguas.

2040
Se calcula que para 2040, hasta 37 millones de toneladas de plástico anuales habrán contaminado el océano. Esto no solo representa una catástrofe ambiental, sino también una carga económica. La limpieza y las pérdidas financieras alcanzan cerca de USD 13 mil millones al año.
Devolver la salud al océano
Este año se están uniendo fuerzas para cambiar el rumbo de la salud del océano.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC3 por sus siglas en inglés), coorganizada por Francia y Costa Rica, se celebrará en Niza (Francia) del 9 al 13 de junio y tendrá como tema central “acelerar la acción y movilizar a todos los actores para conservar y utilizar sosteniblemente el océano”.
El encuentro partirá de los resultados de las Conferencias anteriores, convocadas en Nueva York en 2017 y en Lisboa en 2022. Su objetivo será fomentar la innovación, impulsar nuevos y mayores compromisos, y aumentar el financiamiento.
Necesitamos cerrar una brecha anual de USD 175 mil millones en financiación para el océano. Herramientas innovadoras como los bonos azules y los canjes de deuda por inversión en naturaleza están impulsando el cambio a través de alianzas público-privadas.
“Desde la perspectiva de Costa Rica, es imperativo que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos en la conservación y uso sostenible de los ecosistemas marinos, conforme a los lineamientos del Acuerdo de París y los compromisos adoptados en la COP16 del Convenio sobre la Diversidad Biológica. La protección de la biodiversidad marina, el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades costeras con enfoque inclusivo, y la adaptación y mitigación de los impactos del cambio climático de la mano de las personas, requieren de una gobernanza del océano robusta, basada en la ciencia, las comunidades del mar, la cooperación multilateral y el cumplimiento de los marcos normativos internacionales”, expresó Franz Tattenbach Capra, Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica.
Invertir en el océano va más allá de la conservación: su salud contribuye a la resiliencia climática, la seguridad alimentaria y el empleo, especialmente para los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID).

En Lobitos, Perú, las mujeres están al frente de los esfuerzos locales para proteger el mar y cuidar de sus comunidades. Mientras la Conferencia de la ONU sobre el Océano es un llamado a invertir con valentía en la salud del océano, herramientas como los bonos azules pueden potenciar las acciones locales y contribuir a cerrar la brecha de financiamiento, estimada en USD 175 mil millones.

Al timón del cambio
En el PNUD estamos comprometidos con generar conciencia sobre la importancia vital del océano para mantener la salud de los ecosistemas y fortalecer las economías azul y verde. Nuestro trabajo se centra en la gobernanza, el financiamiento y la innovación, y promovemos la cooperación global para proteger y utilizar de manera sostenible el océano.
Ayudamos a los países a cumplir con los objetivos relacionados con el océano a través de sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales en materia de Diversidad Biológica, en línea con sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés). Brindamos orientación estratégica y asesoramiento técnico mediante nuestras iniciativas Nature Pledge, Climate Promise y Ocean Promise.
No podemos lograrlo por nuestra cuenta. Por ello, construimos alianzas diversas a nivel global y local, así como promovemos soluciones prácticas para la gestión del océano.
El Desafío de Innovación para el Océano (OIC por sus siglas en inglés) y el Fondo Mundial para los Arrecifes de Coral (GFCR por sus siglas en inglés) están movilizando nuevas fuentes de financiamiento públicas y privadas.
Haciendo frente a los desafíos
A través del OIC, el cual lanzamos en 2020 con el apoyo de las agencias de desarrollo de Suecia y Noruega, promovemos la inversión en economías azules, pesca sostenible y biodiversidad marina. Ya sea reciclando cáscaras de coco o alargando la vida útil de las redes de pesca, quienes innovan con éxito reciben apoyo financiero, mentoría y visibilidad.
Los PEID son más vulnerables a la explotación del océano. Sus economías no solo dependen del turismo y la pesca, sino que también son pioneros de un enfoque de “isla completa”, que busca aprovechar los recursos conectados de tierra, agua y océano para impulsar su crecimiento económico.
Los PEID lideran el camino con soluciones que promueven un desarrollo próspero y transformador, reconociendo el verdadero valor del océano en sus políticas y prácticas.
Honduras, Belice, Guatemala y México, países vulnerables frente a los desastres climáticos, han creado equipos de reparación para retirar escombros de los arrecifes después de tormentas tropicales. La iniciativa cuenta con el respaldo del Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano (MAR Fund por sus siglas en inglés), que ofrece apoyo económico para una respuesta rápida.

Los pescadores de las Comoras dependen de las ricas aguas costeras, llenas de especies únicas en el mundo, para su sustento. Como parte del Plan Emergente Comoras 2030, el país está trabajando para proteger esta biodiversidad y convertise en un sumidero de carbono.
Los ecosistemas únicos de las Comoras son reconocidos a nivel internacional como un tesoro nacional y un patrimonio vital para África y el mundo. Son clave para atraer a turistas a estas pequeñas “islas de la luna” y generan ingresos fundamentales para las comunidades locales.
Para hacer frente a la creciente presión asociada al cambio climático, la deforestación y la pesca insostenible, el Gobierno ha asumido compromisos importantes a través del Plan Emergente Comoras 2030. Este plan busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la absorción de CO2 de aquí a 2030. Es una transición ecológica que posiciona a las Comoras como un sumidero de carbono, que cuenta con nuestro respaldo y el de la Agencia Francesa de Desarrollo y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés).
En Barbados, el proyecto “BlueBOT” fruto de la mente de S. Antonio Hollingsworth, trabaja con nuestro Laboratorio de Aceleración usando robótica submarina, aprendizaje profundo e inteligencia artificial para recopilar información sobre la salud de los arrecifes de coral y otras especies marinas.

El monitoreo remoto de imágenes submarinas durante el mapeo de arrecifes de coral realizado por "BlueBOT" en Barbados, parte de una iniciativa que cuenta con el apoyo del PNUD, emplea robótica e inteligencia artificial para mejorar la vigilancia de la biodiversidad marina y el acceso al océano.
En Indonesia, hemos dado pasos importantes para combatir la basura marina y promover una gestión sostenible de residuos. Nuestro objetivo a largo plazo es cumplir con la resolución UNEA 5.2, que busca reducir casi a cero la contaminación por plásticos para 2040 y apoyar el compromiso gubernamental de gestionar el 70 % de los desechos de este material para 2025. Entre 2018 y 2022, se logró reducir la basura marina en un 36,35 %. Más de 18 ministerios e instituciones participan en esta iniciativa, que cuenta con el respaldo del Gobierno de Noruega.



Una emergencia global
Que el océano no tenga buena salud nos afecta a todas las personas, sin importar dónde vivamos. Hoy enfrenta una emergencia global mientras sectores como el turismo, la pesca y el transporte marítimo crecen rápidamente. Debemos garantizar una transición justa hacia una economía del océano que sea sostenible, una que prospere dentro de los límites del planeta. En el ODS 14 está la base del desarrollo económico global; cumplirlo ayudaría a aliviar la pobreza, fomentar un crecimiento económico estable y mejorar el bienestar social, especialmente para los PEID y los países menos adelantados.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano de este año representa una oportunidad única para forjar nuevas alianzas y dar visibilidad a cada esfuerzo, grande o pequeño, capaz de impulsar un cambio real que proteja el océano y las economías de las generaciones que están por venir.
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