Naturaleza, clima y tierra

Posteriormente se celebrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP29, que se inicia el 11 de noviembre en Bakú, Azerbaiyán. 

¿Por qué es importante?

Porque este año se espera un diálogo trascendente sobre financiación.

Las renovables constituyen actualmente la fuente energética más económica. Sin embargo, para realizar una transición justa a nivel planetario hacia energías como la solar y la eólica, es preciso invertir de manera inteligente. También se necesita inteligencia para adaptarse a los inevitables impactos del cambio climático y ayudar a la reconstrucción de las comunidades afectadas.

Esta Conferencia evaluará cuál es la factura de estas inversiones y establecerá nuevas fórmulas para obtener los recursos necesarios. Por ejemplo, realizará un profundo examen de cómo ciertos subsidios nocivos y totalmente extravagantes, como los recibidos por el sector de los combustibles fósiles y la agricultura industrial, en realidad exacerban la crisis climática.

¿Cuánto va a costar tener un clima saludable?

Nadie lo sabe con certeza. Pero es absolutamente esencial que en Bakú los líderes mundiales alcancen un acuerdo en torno a un nuevo compromiso financiero de ayuda a los países en desarrollo. Los líderes africanos solicitan al menos 1,3 billones de dólares anuales de financiación climática. No solo para su transición hacia una nueva realidad de emisiones bajas, sino también para construir resiliencia puesto que ya hemos sobrepasado los límites planetarios críticos.

Lo que sí sabemos es que la factura será mucho, mucho más barata si actuamos ahora. Las inversiones en acción climática y la protección, el uso sostenible y la restauración de la naturaleza generan réditos muy superiores al costo inicial de dichas inversiones.

¿De qué pozo se pueden sacar estos recursos?

La financiación es fundamental para combatir el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la degradación de la tierra. Debe alinearse para ello con las reformas a nivel global que se están debatiendo en la 4ª Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, reformas determinantes para garantizar la utilización eficaz de los recursos necesarios para los ODS. 

Necesitamos una arquitectura financiera adecuada y eficiente para el siglo XXI, es decir, inversiones que respondan directamente a las metas establecidas en los ODS y el Acuerdo de París.

La ONU llama a la acción por medio de iniciativas como SDG Stimulus o Bridgetown Initiatives, y a dotar de recursos adecuados el Fondo para Pérdidas y Daños para Países en Desarrollo.

Pero este problema no se resuelve solo con invertir dinero, ¿verdad?

Exacto. Es necesario que los agentes del sector privado den los pasos necesarios para cambiar sus modelos operativos, que sobreexplotan los recursos y destruyen el medio ambiente, y lleven a cabo con celeridad una transición hacia modelos de negocio verdes.

Debemos transformar nuestros hábitos productivos y de consumo, especialmente en los sectores de la agricultura, la pesca, la minería, el textil y las infraestructuras, que son responsables de cerca del 80 % de la destrucción de la naturaleza.