Detectar la amenaza

Todas las personas desean vivir en paz y con dignidad, libres de miedo y de carencias. Sin embargo, en la actualidad nos enfrentamos a diversas crisis que afectan a miles de millones de personas y perjudican el bienestar colectivo.

¿Podrías detectar los desafíos del desarrollo ocultos en esta escena?
Nosotros te señalamos algunos, pero puedes descubrir otros si indagas un poco más. Identificar las amenazas a la seguridad humana es el primer paso hacia un futuro de paz y prosperidad.

Desproporción de la riqueza

El 10 % de la población mundial ostenta el 76 % de la riqueza mundial, mientras que las personas más pobres solo tienen el 2 %. Tanto dentro como entre los países, esta intensa concentración de la riqueza puede ser una fuerza desestabilizadora ya que limita las posibilidades de desarrollo y alimenta la insatisfacción.

La pobreza y la desigualdad van más allá de los ingresos. En nuestro Índice de Pobreza Multidimensional mostramos que la falta de recursos tiene un impacto sobre múltiples aspectos de la vida de las personas, empeorando las desigualdades. Algunas carencias comunes, que a veces se superponen, incluyen la falta de una vivienda adecuada, la nutrición, la energía y la educación. 

En nuestro informe también revelamos que la desigualdad no es inevitable, sino que es una elección. Los responsables de las tomas de decisiones pueden crear un crecimiento económico más inclusivo adoptando políticas específicas.

Desigualdad entre géneros

La desigualdad entre géneros persiste obstinadamente y no afecta solo a las mujeres. En general, las sociedades donde las mujeres gozan de mayores derechos y oportunidades tienden a ser más libres y prósperas.

En nuestro Índice de Normas Sociales de Género mostramos que cerca del 90 % de las personas, tanto hombres como mujeres, tienen por lo menos un prejuicio fundamental contra las mujeres. Casi el 50 % de las personas creen que los hombres son mejores líderes políticos, y dos tercios creen que los hombres tienen más derecho a acceder a empleos.

Estas actitudes tienen consecuencias tangibles. Sin importar el lugar del mundo, las mujeres reciben menores salarios, asumen una mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, y están subrepresentadas en los espacios de liderazgo tanto cívico como empresarial. A pesar de los avances significativos en el acceso a la educación, esto no se ha reflejado en una disminución de la brecha salarial entre géneros.

A través de la iniciativa Equanomics, en el PNUD creamos experiencias y apoyamos a los socios que quieren crear economías equitativas que estén al servicio de todas las personas.

Cambio climático

El 2024 fue el año más caluroso registrado, y los últimos diez años están todos entre los diez más cálidos. El aumento de la temperatura en el mundo tiene muchas consecuencias incluyendo un incremento en el nivel del mar, un clima más extremo y una pérdida de biodiversidad. El calentamiento global también tiene un impacto directo sobre la salud humana, ya que contribuye a una mayor propagación de las enfermedades transmitidas por vectores y a niveles más altos de mortalidad.

A través de nuestra plataforma Human Climate Horizons, en el PNUD podemos visualizar, comprender y planificar mejor estos efectos. Basada en investigaciones de vanguardia, la plataforma ofrece datos localizados y proyecciones sobre cómo el cambio climático impactará la seguridad humana en diferentes escenarios.

Falta de asistencia médica

A pesar de los compromisos mundiales en materia de asistencia médica universal, miles de millones de personas no tienen acceso a cuidados médicos de calidad. Más de la mitad de la población mundial no tiene cobertura de servicios esenciales y 2.000 millones de personas pasan serias dificultades económicas para pagar servicios y productos médicos.

En el PNUD nos asociamos con el Fondo Mundial, gobiernos y la sociedad civil para eliminar las barreras que impiden a las personas el acceso a los cuidados que necesitan. A través de la combinación de tecnología, energía limpia y apoyo operativo, fortalecemos las capacidades nacionales para ofrecer servicios de salud esenciales, especialmente a las poblaciones más vulnerables.

Ello incluye la distribución de medicamentos a los pacientes en zonas de conflicto, la ayuda a los países para prepararse para la próxima epidemia y el uso de la inteligencia artificial para ampliar el acceso a los exámenes médicos. Además, como patrocinadores fundadores del Programa Conjunto de la ONU de apoyo frente al VIH/SIDA, en el PNUD trabajamos con miras de acabar con el SIDA como amenaza a la salud pública para 2030.

Desastres

Quizá hayas oído hablar de un incremento alarmante de los desastres naturales, debidos principalmente a un aumento cinco veces mayor en materia de desastres climáticos y relacionados con el clima en los últimos 50 años. En el PNUD creemos que no hay desastres “naturales”, sino que los desastres ocurren cuando los peligros naturales se cruzan con vulnerabilidades como infraestructuras defectuosas, pobreza y ecosistemas degradados. Nuestras prioridades en materia de desarrollo determinan si un peligro se vuelve un desastre: los edificios mal construidos aumentan los daños causados por los terremotos y la mala planificación de la urbanización hace que las inundaciones sean más devastadoras.

Por el contrario, una sequía no causa un sufrimiento generalizado si las personas tienen fuentes alternativas de agua y si los agricultores tienen seguro y otros recursos financieros para sobrellevar la pérdida de una cosecha. Gracias a un desarrollo fundado en los riesgos se pueden crear comunidades resilientes capaces de sobreponerse a casi cualquier tormenta, haciendo que los desastres queden en el pasado.

Conflictos armados

Cada vez más y más personas en más y más lugares ven sus vidas turbadas por los conflictos. Alrededor de la cuarta parte de la población mundial, o sea 2.000 millones de personas, viven en lugares afectados por un conflicto. Las guerras y los conflictos armados amenazan la seguridad física, que es una de las necesidades más fundamentales de cada persona. Además, el peligro no queda solamente en el presente, sino que afecta el futuro porque desplaza los recursos del desarrollo y priva a las personas de oportunidades como, por ejemplo, mantener a los hijos escolarizados.

Como sucede con muchas amenazas a la seguridad humana, en el PNUD ponemos un fuerte énfasis en la prevención. Nuestro trabajo para prevenir el extremismo violento se enfoca, por ejemplo, en abordar las causas que pueden llevar a las personas a la radicalización o en interrumpir ese proceso, además de apoyar a quienes desean abandonar grupos violentos.

Minas y municiones sin estallar

A menudo las guerras y los conflictos continúan causando daño mucho después de que se hayan firmado los tratados de paz y de que se hayan silenciado las armas. Alrededor de 60 millones de personas en todo el mundo se enfrentan a las minas y a otras municiones. Muchos viven en lugares donde hay guerra y otros donde los conflictos terminaron oficialmente hace años o décadas.

Durante más de tres décadas, en el PNUD hemos apoyado la acción contra las minas en más de 50 países, creando capacidades institucionales, educando sobre los riesgos, ayudando a las víctimas y llevando a cabo operaciones de desminado. Cuando se liberan las tierras previamente contaminadas para la agricultura y otros usos productivos, la acción contra las minas abre caminos para el desarrollo, literal y figurativamente.

Ataques contra civiles

La ley humanitaria internacional requiere que las partes en conflicto eviten causar daño a las personas y a las infraestructuras civiles durante un conflicto. Los hospitales, escuelas y casas no deben ser atacadas y los caminos y puentes deben permanecer abiertos de modo que los alimentos y otros suministros lleguen a las personas que los necesitan. Aun así, la destrucción no siempre se limita a los objetivos militares.

En el PNUD ayudamos a mantener la infraestructura física y económica de las comunidades afectadas por un conflicto, de modo que puedan minimizar el sufrimiento y recuperarse de manera más rápida. En Gaza, a través de nuestro Programa de Asistencia al Pueblo Palestino, nos unimos a la respuesta humanitaria, centrándonos en el acceso al agua potable, en empleos de emergencia, en suministros médicos y en la eliminación de desechos. En Ucrania, asistimos a las instituciones gubernamentales para que pudieran mantener los servicios básicos, esenciales para salvar vidas y los medios de subsistencia.

Trata de personas

A pesar de estar prohibidas, la esclavitud moderna y la trata de personas son un gran negocio, generando cada año unos 236.000 millones de dólares de los Estados Unidos en ganancias ilícitas. Alrededor de 50 millones de personas en el mundo han sido traficadas o están en condiciones de esclavitud contemporánea.

Por su papel clave en el funcionamiento de todas las economías, el sector financiero tiene una posición única para impulsar cambios sistémicos que ayuden a erradicar estas prácticas abusivas en todas las industrias. Esa es la razón por la que desde el PNUD trabajamos con nuestros socios para movilizar las finanzas contra la esclavitud y la trata de personas. Esta iniciativa ayuda a las instituciones financieras y a los profesionales a identificar los riesgos y a integrar en sus operaciones principios contra la esclavitud, a la vez que pone a las personas sobrevivientes en contacto con los servicios financieros y otro tipo de ayudas.

Hambruna

Después de décadas de avances, el mundo está retrocediendo en la lucha por erradicar el hambre. Alrededor de 733 millones de personas sufrían desnutrición en 2023, lo que equivale a una de cada 11 personas a nivel mundial. Al mismo tiempo, cerca de un tercio de los alimentos que producimos se desperdicia.

En el PNUD contamos con una estrategia multidimensional para luchar contra el hambre, dando un apoyo inmediato a las poblaciones vulnerables y al mismo tiempo atendiendo las causas de base, incluyendo la pobreza, el clima y los conflictos.

Nuestra iniciativa sobre sistemas alimentarios va más allá del aumento de la producción, dando prioridad a modelos resilientes, diversificados y agroecológicos con el fin de crear una seguridad alimentaria y de nutrición a largo plazo, integrando la gestión sostenible de la tierra, la agricultura respetuosa del clima y un enfoque circular donde la pérdida y el desperdicio de los alimentos se eliminan del sistema.

Migración forzada

Más de una de cada 67 personas en el mundo se ha visto forzada a huir de su casa sea por conflicto, por el clima o por otros factores. De hecho, la cantidad de personas desplazadas está en su nivel más alto. A finales del 2024, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) declaró que 123,2 millones de personas se vieron forzadas a abandonar sus casas debido a un conflicto, persecución u otro disturbio serio. Eso incluye 42,7 millones de personas refugiadas y 73,5 millones de personas que dejaron sus casas pero que permanecen en sus países.

Desde la década de 1960, en el PNUD hemos trabajado junto a ACNUR y con otros socios para aportar soluciones integradas específicas al contexto, tanto para las personas desplazadas como para las comunidades que las reciben. En el Sudán, donde tiene lugar la mayor crisis de personas desplazadas del mundo, ayudamos a las que pueden volver a sus casas para que reconstruyan sus vidas y reactiven las economías locales.

Polución

Nuestros modos de vidas insostenibles envenenan el aire, el agua y la tierra de los que dependemos. La polución medioambiental mata a siete millones de personas por año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dice que nueve de cada diez personas respiran aire contaminado. La polución también contribuye a la salud en declive del océano. Si la trayectoria actual no cambia, en 2050 habrá, por peso, más plásticos que peces en el mar.

En 2022, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución reconociendo que todas las personas tienen el derecho a un medioambiente limpio, saludable y sostenible. En el PNUD apoyamos el cumplimiento de este nuevo derecho humano, en parte centrándonos en el papel que tienen las empresas a la hora de atender la triple crisis planetaria de la polución, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. A través de la Academia para las Empresas y los Derechos Humanos (B+HR por sus siglas en inglés), ayudamos a las compañías a comprender y atender las implicaciones medioambientales y de derechos humanos de sus operaciones.

Cómo explorar

Haz clic y arrastra para explorar la escena. Usa la rueda del mouse o los dos dedos para acercar o alejar. Encuentra las imágenes que creas que representan los desafíos del desarrollo y haz clic para descubrir más.

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De lo invisible a lo visible

Las amenazas a la seguridad humana que has identificado afectan a miles de millones de personas en todo el mundo. En el PNUD trabajamos con los países y nuestros socios para enfrentar estos desafíos, que incluyen la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y los conflictos.

En el PNUD introdujimos el concepto “seguridad humana” en el Informe sobre Desarrollo Humano de 1994 y publicamos una actualización del estado de la seguridad humana en el mundo en un informe especial en 2022. La seguridad humana trata de garantizar que las personas vivan libres de violencia, puedan colmar sus necesidades básicas y que se respeten sus derechos humanos. Es lo correcto para las personas y las comunidades, y es el mejor modo en que los países pueden garantizar una estabilidad a largo plazo.

La identificación de los problemas es solo el comienzo. Juntos, debemos actuar para crear sociedades pacíficas y resilientes.

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Como parte de la exposición del PNUD en el Pabellón de la ONU durante la EXPO 2025 Osaka, se creó una ilustración especial llamada “20 tragedias ocultas en el mundo” para ilustrar los desafíos globales a los que nos enfrentamos. A primera vista, la ilustración parece alegre y vibrante, pero cuando se la mira de cerca se ven 20 tragedias ocultas que representan algunos de los problemas más acuciantes en materia de seguridad humana de nuestro tiempo. Esa importante muestra fue posible gracias a los esfuerzos creativos voluntarios de Hakuhodo DY Group.